
Morir matando.
(Viladecans-Barcelona)
Por Aureliano Babilonia.
El día en que Vasyl Szagadyn iba a morir, se encontraba en la cúspide de su carrera delictiva. Desde que dejó muy joven Odessa, su ciudad natal, hasta ese día en que caminaba ufano por la avenida de la Generalitat de Viladecans en compañía de Irina, su nueva adquisición, había incorporado a su extenso currículum toda clase de actividades ilegales, tráficos humanos, de armas o de estupefacientes y negocios internacionales de dudosa corrección política. A sus cincuenta años se sentía el dueño del mundo. Capaz de acallar con dinero o violencia cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Por otro lado Irina casi se tambaleaba a su lado. Su pálida y escuálida constitución había soportado demasiada presión en los tres últimos días, desde que Vasyl la recogiera en el aeropuerto. Se sintió caer. Vasyl, incomodado , la sujetó del brazo haciéndole daño. Viendo que se desmayaba opto por entrar a la cafetería frente a la que en ese momento se encontraban...
Monserrat se había perdido en el enésimo callejón sin salida de su vida. No había dormido nada la noche anterior y el exceso de calmantes había sido su único alimento aquel día. Eran casi las seis de la tarde y deambulaba como alma en pena por el pequeño piso en la octava planta del número 178 que, en esa semana, dejaría de ser suyo según había leído en el escrito de desahucio que descansaba sobre la mesa del salón, movido por la brisa proveniente del balcón. Ya no podía más. Ensimismada salió al balcón, se sentó por fuera de la barandilla y saltó…
Irina se sentía algo mejor con el café con leche que había tomado. Vasyl , con desprecio, salió delante de ella a la calle y justo cuando Irina cerraba la puerta de aquella cafetería en el número 178 de la avenida de la Generalitat, noto un golpe seco delante de ella y pareció como si Vasyl hubiera desaparecido. Aturdida vio el cuerpo inerte del ucraniano en el suelo mezclado con el de una mujer y con manchas de sangre que empezaban a crecer.
Monserrat murió en el acto, Vasyl en el hospital e Irina resultó ilesa.
Lea la noticia aqui
Y tambien aquí
6 comentarios:
Me encanta la narracion.
Hablando de la noticia me da mucho coraje... que culpa tenia el ucraniano?
):
Cierto.Siempre se dice que la vida es fragil y que en cualquier momento puedes salir a la calle y caerte algo encima. Pero la verdad es que no suele ser probable, y menos de esta forma.·Es bastante cruel.
ufff!
eres una excelente adquisición!!
Leyendote sentí que leía a Milán Kundera, y no solo por los nombres de los personajes.
Es excelente esta iniciativa.
Los felicito
Estoy muy contenta de que formes parte del equipo! Me alegra poder colaborar con escritores tan buenos como tu, Andrés y Abriles!
Bienvenido!
increíble descripción literaria de una noticia!
deshora.
Publicar un comentario