(Santo Tomás de los Plátanos, Estado de México)
Por: Blanca Buendía

Igual que en Macondo se prohibieron las peleas de gallos desde su fundación para evitar problemas, en éste pueblo se prohibió el consumo del alcohol. El abuso y la violencia a causa de la bebida terminaron. Ese pequeño planeta se había convertido en un lugar pacífico. Había armonía.
Cincuenta años pasaron, y la pobreza llegó al planetita. Llegó la vergüenza de no tener dinero, de que las tierras ya no sean fértiles y de que las vacas ya no tuvieran tanta leche como antes.
Entonces, el alcalde del planeta decidió admitir que el pueblo bebiera. Ahora todos deambulan, sus ideas y su vergüenza se han ido. El principito llegó a éste planeta, y se encontró que el pueblo bebía para olvidar su vergüenza de beber. Cuando se marchó, perplejo dijo: "No hay la menor duda de que las personas mayores son muy extrañas", mientras seguía su viaje.
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