(Servicio Nacional de Salud, Inglaterra)
Por: Blanca Buendía

Su enfermedad lo ha dejado en cama, en un hospital construido por el gobierno del país. Su inusual infección en los huesos lo ha dejado al borde de la muerte. Pero no tanto como la comida del hospital. No es tan delicado al comer, pero le gusta saber lo que entra a su organismo. Le da curiosidad saber que es lo que está comiendo, así que hizo un concurso. Le enseña al mundo las fotos de lo que le están sirviendo, y gana la persona que lo adivina. ¿Sopa de calcetín ahumado? ¿Pastel de hongos? ¿carne condimentada con pegamento fosforescente? ¿Caldo de caracol?
Nuestro enfermo de cuarenta y siete años busca mejorar el servicio de comida en los hospitales. Ahora todos hablan de ésto, pero nuestro optimista de buen paladar desea permanecer en el anonimato. Se espera que cambie algo en la estructura de los hospitales en Inglaterra, pues ésta ha sido una buena forma de demostrar el descontento de los enfermos. ¿Qué lo matará primero, su comida o la enfermedad? Por el lado positivo, él sí tiene algo que comer.
Bon apetit!
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